Todos, en algún momento de nuestra vida, nos hemos sentido fuera de tiempo. En nuestra niñez, cuando queríamos ser tratados como gente grande. Nuestra adolescencia, en que queríamos tener nuestro coche, nuestra casa y nuestra independencia. Y nuestra vida adulta, en la que añoramos todo el tiempo pasado, y queremos volver a ser niños y desligarnos de tantos agobios de nuestra vida. Esto es algo en común que todos tenemos, sin importar nuestra generación o la época en que hayamos vivido. Puede que la edad importe al momento de hablar de ciertos temas, pero no debemos olvidar que hay tantos puntos de vista, como personas hay en el mundo, y podemos enriquecernos de todos ellos. No podemos volver atrás el tiempo, pero podemos darnos una idea de cómo veríamos todas esas cosas que nos emocionaron hace 20 años, hoy, si escucháramos las opiniones de quienes son 5, 10 o 20 años más jóvenes. Si gracias al uso de la red, podemos acortar distancias y romper fronteras, deberíamos intentar equilibrar las edades, explicando a los más jóvenes y permitiendo que nos muestren su visión del mundo. De esa forma, solo nos queda sentarnos frente a nuestra consola favorita, y codo a codo y sin importar la edad que tengamos,
disfrutar como si tuviéramos 10 años.